mio madre

Mio madre nun sabía idiomes pero yera tan mimosa... dicíame que con enfotu pues algamar cualquier cosa. Mio madre nun sabía idiomes pero falaba a les freses, facía ensalada rusa y mil tortielles franceses. Mio madre nun sabía idiomes pues pisó poques escueles, ¡y facía un caldu gallego y unes coles de Bruseles...! Mio madre nun sabía idiomes, yera una madre estupenda, facía arroz a la cubana con salsa a la boloñesa. ...Primeros versos del poemario Mio madre, de Aurelio González Ovies, editado por Pintar -Pintar, abril 2010 (Edición en asturiano)

viernes, 9 de agosto de 2013

LICOR DE GUINDAS CASERO

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Necesita unos meses de reposo. Este es del año pasado.
Va pasando, poco a poco, este verano. Primero con un tiempo lluvioso y frío y últimamente con unos días calurosos y propios de la estación. Espero que sean jornadas festivas y alegres para todos los que se acercan a esta cocina. Os deseo toda la felicidad posible y que aprovechéis al máximo el tiempo, disfrutando de la familia y de los amigos.

Y para esas reuniones en las que pasamos unas sobremesas en agradable compañía este licor de guindas viene como anillo al dedo. Mi vecina Leti tuvo la amabilidad de regalarme un cesto repleto de estos pequeños frutos y lo preparé.

Tengo varias fórmulas para  elaborarlo, pero esta vez me decanté por la que recoge un libro que una buena amiga me hizo llegar. Y no es un recetario cualquiera, perteneció a una amante de los fogones y viajó con ella desde Argentina. Viene cargado de historias e inundado de la esencia y la destreza de su propietaria:


Me gustaría desde aquí, agradecer este obsequio. Lo sabré valorar como se merece. Gracias.


Es un licor muy rico y fácil.  Un chupito bien frío nos presta en verano. A ver qué os parece.

Quisiera recordar con unos versos de A. G. Ovies, a nuestro querido D. Ángel. D.E.P.


AMPLITUD INFINITA

Algo tenemos de dioses e infinitos. Pero somos mortales. Algo llevamos como de flor y pájaro, como de trigo y tormenta. Algo nos pertenece en la amplitud de la palabra. Algo somos de las bahías y los árboles y de la blanca nieve. Algo somos del humo y de las fíbulas y de las definiciones.

Algo. Somos algo.

La tarde y la mañana. La tarde y la mañana. El cielo azul, la brisa, el aire. La estampa, los tejados, el llanto, la ventana. Somos la risa, el muro, la cantiga, el paisaje. Algo como el camino y los emprendedores.

Como el día y la noche. Como el día y la noche. Y el día y la noche.

A. G. Ovies, Las señas del perseguidor, Avilés 1999




Para el licor de guindas necesitamos:

  • 1/2 kilo de guindas
  • 3/4 de litro de agua
  • 750 gramos de azúcar
  • 3/4 de litro de alcohol (anís , orujo...)
Preparación:


Lavamos bien las guindas y les retiramos el palito. Mezclamos el azúcar y el agua y ponemos al fuego hasta que hierva. Dejamos enfriar. Colocamos las guindas en un recipiente de vidrio (yo las repartí en diferentes frascos de cristal) Una vez que enfríe el azúcar con el agua, lo ponemos por arriba y a continuación el alcohol. Yo le puse anís a unas y orujo a otra preparación. Dejamos reposar en un lugar oscuro y fresco, agitando de vez en cuando, como mínimo unos tres o cuatro meses.
Y listo para degustar. La autora del libro recomienda poner los palitos de las guindas también. Yo no los puse.  Además también dice que se debería colar y filtrar bien antes de embotellar. En casa dejamos las guindas en las botellas. Están muy ricas después de deshuesadas para poner en los bizcochos.
¿Brindamos? ¡Por todos vosotros!